Los fuegos artificiales pueden dañar los oídos
Seguro que en algunos de vuestros pueblos ya han empezado las fiestas. Y con ellas las comilonas, el trasnochar, los cubatas y los fuegos artificiales. ¡Qué bonito espectáculo! Lo que no sabemos es que mientras estamos disfrutando de este fenómeno lleno de luces y colores nuestros oídos están sufriendo, incluso dañándose. Los fuegos artificiales pueden dañar el conducto auditivo por su vibración y estruendo.
¿Afecta a todos igual?
No, generalmente y como comentamos en posts anteriores, los niños son más vulnerables a sufrir por el ruido, puesto que están en sus años de crecimiento y formación. Según Catalina Matalón, Doctora otorrinolaringóloga de la Clínica Avansalud, los niños son la población más expuesta y por tanto, deben cuidar la distancia del punto de detonación. Cuanto más lejos se esté, menos sufrirán los oídos del menor y bajará el riesgo de sufrir algún daño.
Nuestros oídos comienzan a sufrir a partir de los 85 dB (decibeles) y, a pesar de que puede parecer mentira, los fuegos artificiales llegan a emitir un ruido que ronda los 130 dB y los 140 dB. Estar mucho tiempo expuesto a este ruido puede causar pitidos o zumbidos incluso hasta un día después, un síntoma más conocido como tinnitus. Para evitar padecer tinnitus hay que tratar de no estar en un lugar de tanto ruido un periodo igual o superior a 30-45 minutos, si esto ocurriera el pitido o pérdida de audición podría durar hasta 3 días.
¿Qué se puede hacer para protegernos de los ruidos provocados por los fuegos artificiales?
En primer lugar y como ya hemos comentado, es importante guardar la distancia de seguridad y mantener a los niños lo más alejados posible. Además hay que optar siempre por un espacio abierto, así se conseguirá que no rebote el sonido en las paredes aumentando el sonido y el riesgo de tener un problema. Por último procura no estar demasiado tiempo expuesto a estas sonoras explosiones.
Recuerda que lo más bonito de unas buenas fiestas es recordarlas siempre como una buena experiencia llena de divertidas anécdotas. ¡Cuida tus oídos y los oídos de los tuyos!